¡Manos a la obra!
1. Usando guantes y protección respiratoria, pon una bolsa en el recipiente para mezclar, corta una "X" en el frente de la bolsa y voltéala para vaciarla.
2. Forma un pequeño cráter en el centro de la mezcla.
3. Mide el agua según las instrucciones de la bolsa. Los requisitos de agua varían ligeramente de una mezcla a otra. ¡Se preciso!
4. PRO TIP: marca la línea de agua en el balde para que hagas las próximas mezclas más rápido.
5. Vierte aproximadamente 3/4 del agua previamente medida en el cráter que formaste.
6. Usando el azadón, comienza a incorporar el agua con movimientos largos de ida y vuelta.
7. Mezcla durante 3 minutos para consolidar completamente la mezcla, agregando lentamente el resto del agua a medida que mezclas.
8. Deja reposar la mezcla durante 1 minuto.
9. Consolida la mezcla golpeando la carretilla o el recipiente con un mazo de goma.
10. Verifica la consistencia. Una mezcla adecuada debe mantenerse unida cuando se forma una bola, pero se desmorona fácilmente con un toque ligero.
El concreto que está demasiado húmedo no se mantendrá unido cuando se forma en una bola, y no tendrá la resistencia apropiada.
El concreto que está demasiado seco se compactará en una bola pero se “romperá” en lugar de “desmoronarse” cuando lo tocas y será difícil trabajarlo y terminarlo.
11. Ajusta el agua (si es necesario) y mezcla durante 1 minuto adicional para perfeccionar la consistencia.
12. ¡Estás listo para verter!